Bávaro, para visitar, soñar y vivir

Tierra amada por Dios, con todas las características necesarias para compararla con el famoso huerto del Edén… Sin la serpiente, por supuesto.

“Llegar a Nueva York es como llegar a la gloria”. Así le dice Fellito (Raúl Carbonell) a su amigo Balbuena (Luisito Martí), en la famosa película de Ángel Múñiz, “Nueva Yol, por fin llegó Balbuena” (1995). Al hacer esa aseveración nos parece que Fellito nunca se dio una vueltecita por Bávaro. ¡Eso sí es estar en la gloria!

Es en esta zona del país, y gran parte del Caribe, donde los sueños se confunden con la realidad, entre arena blanca, aguas cristalinas, palmeras y cocoteros bailando al compás de una tonada que toca el viento, selvas de manglares y animales exóticos. Sumado a esto, los deportes acuáticos a granel, arrecife de coral como delicia para los amantes de las profundidades, ofrecen un caudal de aventura que nos hacen preguntar si una sola vida basta para realizarlas.

Los hoteles, coexistiendo con la belleza natural del entorno, motivan a dejar a un lado el estrés y disfrutar de un descanso pleno.

Pero si usted no se contenta con algunas visita a la zona de Bávaro, tiene la opción de adquirir uno de los tantos inmuebles que se ofertan en la zona.

Casi 10 mil viviendas (construidas y en construcción), en sólo cuatro proyectos (Cap Cana, Rõco Ki, El Cocotal y el Grupo Puntacana, han convertido a Bávaro a ocupar el primer lugar como destino turístico residencial.