lunes, 30 de marzo de 2009

¡Abrázame muy fuerte!

Abrazar es la forma más cálida y sincera de expresar afecto, contención, aceptación, apoyo o amor. Es, dentro del lenguaje corporal, la mejor forma que tenemos de decirle a otro ser humano cuánto nos importa y cuánto le valoramos sin tener que pronunciar palabras. Es el lenguaje universal de la ternura, sinónimo de muchos sentimientos: solidaridad, respeto, amistad, identificación. Es la caricia por excelencia.

La psicóloga Ana Mirtha Vargas comenta que desde el nacimiento el ser humano tiene necesidades básicas y una de ellas es el afecto. “El bebé desde que nace necesita contacto físico; por ejemplo, René Spitz, psicoanalista norteamericano, demostró en 1956 que cuando se priva de cariño y caricias al niño ocurren cambios psíquicos y deterioro orgánico”. Cuando el niño nace deja la seguridad que tenía en las entrañas de su madre, por eso necesita ser estrechado en brazos para nutrirse de energías.

CONSECUENCIAS DESDE EL NACIMIENTO
Vargas expresa que cuando un bebé no recibe el afecto y atención de su madre inmediatamente después del nacimiento puede vivir posteriormente falta de autoestima, con pensamientos negativos repetitivos, ansiedades, obsesiones, compulsiones y otros desórdenes. Los adultos privados de afecto y contacto físico pueden desarrollar apatía e inclusive algunas neurosis.

Hay que abrazar más, pues el beneficio es doble: “quien abraza vive una sensación de entrega, mientras el que es abrazado siente protección, seguridad”. Ocurre un intercambio de energía positiva si ambos están de acuerdo.

El abrazo sana, ayuda, conforta
El abrazo puede ser una terapia física y emocional, dados los beneficios que prodiga a la salud. Según la psicóloga Ana Mirtha Vargas, estrechar a otro ser humano produce una sensación de bienestar que puede reducir la presión arterial, la ansiedad, el estrés y la depresión, además libera endorfinas.

“Las endorfinas, que ayudan a elevar el umbral del dolor, aumentan la sensación de tranquilidad, bienestar, aplazan el agotamiento y favorecen el desarrollo de la inteligencia, la seguridad, y combaten las alteraciones del sueño”.

La experta cita una investigación de Kathleen C. Light, profesora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, quien observó a 59 mujeres de entre 20 y 49 años antes y después de un abrazo de 20 segundos. Se concluyó asociando los abrazos frecuentes y el respaldo emocional a mayores niveles de oxitocina y disminución de la presión sanguínea y ritmo cardíaco.

Virtud emocional
Vargas explica que además de las ventajas físicas, abrazar y ser abrazado llena de energía y vitalidad. Los involucrados se sienten acogidos, reconocidos y sobre todo, valorados.

Pero además, un abrazo a tiempo “puede hasta salvar una vida en un momento de desesperación de alguien depresivo; durante una reconciliación en la pareja, hay un mayor acercamiento en los amigos; se refuerzan las relaciones familiares y hay un aumento en la seguridad y la autoestima.


Los tipos
Hay distintos tipos de abrazos, dependiendo de la intención e incluso de la posición de los brazos. Vargas describe el “abrazo de oso”, de amor, de solidaridad, de duelo, de contención y el mariposa (auto-abrazo). Otros se manifiestan en la intimidad sexual.

Hay distintas formas de abrazar y a la vez ser abrazado. Está el abrazo de costado, que ocurre cuando se camina o se está sentado, muy típico de los amigos o las parejas; el abrazo de frente, colocando los brazos sobre los hombros de la persona mientras esta devuelve el gesto abrazando al otro por la cintura; el abrazo por la espalda, que requiere más confianza; el abrazo “cruzado”, en el que los dos están de frente y cruzan los brazos para asir la cintura de cada uno; abrazos en trío; abrazos de grupo y más.

La intensidad dependerá de la confianza y la relación previa que se haya establecido entre las personas, así un abrazo puede ser leve y fugaz o intenso y largo.

Abrazos que curan
La psicóloga comenta que el abrazo es un método frecuentemente usado en psicología para combatir distintas dolencias.

“El doctor David Bresler, director de la Unidad de Control de Dolor de la Universidad de California, indica a sus pacientes que usen los abrazos como parte de su tratamiento para el dolor”, informa Vargas.

Además, Robert Bynearson, director del Departamento de Psiquiatría de la clínica Scott and White, en Temple, Texas, afirma que un abrazo tierno puede evitar o curar diversos problemas emocionales.

El abrazo mariposa o autoabrazo es una técnica del Instituto Psicológico EMDR, considerado en esa institución un método que combina elementos teórico-clínicos de orientaciones tales como la psicodinámica cognitiva, conductual que se utiliza con éxito en el tratamiento de problemas de síndrome de estrés post-traumáticos: fobias, ansiedad, miedo, al igual que en el trabajo terapéutico con los sobrevivientes de desastres naturales o de guerras.

Abrazar es gratis, reporta múltiples beneficios físicos y emocionales, refuerza los vínculos con los amigos, la familia y la pareja siendo la mejor manera de decir te quiero. Por estas y otras razones, Vargas recomienda abrazar con frecuencia. ¿Y tú, ya abrazaste a alguien hoy? ¿Qué esperas?

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